“Vinimos a buscar un caché, y lo único que nos llevamos es ésta miserable vista”…mientras la cámara muestra una imagen que quita el aliento.-East of the Summit GIFF 2015-
Vivimos sumidos en las prisas, nuestra vida cotidiana se ha convertido en una carrera por el más, más rápido, más número, más…
¿Hemos trasladado este stress al Geocaching?. Apúntate al movimiento Slow Geocaching. En definitiva, se trata de volver al origen, a lo que de verdad te enganchó
“El movimiento slow es una corriente cultural que promueve calmar las actividades humanas. El movimiento slow propone tomar el control del tiempo, más que someterse a su tiranía, dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y el tomarse el tiempo necesario para disfrutar de actividades como dar un paseo o compartir una comida con otras personas. Los ponentes de este movimiento creen que, aunque la tecnología puede acelerar el trabajo, así como la producción y distribución de comida y otras actividades humanas, las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse.” (Fuente: Wikipedia)
Llevaba unos meses dando vueltas a la dirección que está tomando el geocaching.
Cuando empecé en 2009, ya había una comunidad notable, pero aún había relativamente pocos geocachés en España. Apenas existían series, gusanos…y el paperless estaba en pañales (sí, llevábamos las fichas impresas en papel). De aquella, era bastante habitual dar un buen paseo para encontrar un solo cache. Llegar a 1000 cachés era un auténtico reto, e incluso se hacían eventos para conmemorarlo.
El tema empezó a evolucionar, cada vez más GPS, teléfonos inteligentes con una app que te daba cientos de cachés a golpe de dedo…y lo que empezó siendo un rato tomando un café relajado en una terraza viendo pasar la vida…se convirtió en una carrera por ir a todos los bares de una zona a tomar un café, aunque fuera aguado.
Es una situación similar al running: hace unos años, un 10.000 o una media maratón era una distancia considerable. Una maratón era para unos cuantos locos, y un Iron Man estaba al alcance de 4 personas. Ahora mismo, si no has hecho 2 maratones y un Iron Man, no eres nadie.
La gente decide convertir una actividad de recreo en un reto: cada vez más; más rápido, más competitivo, más, más, más…loguear más cachés que nadie, ver más trackeables que nadie (aunque ni tan siquiera les haya visto: con que me pasen un listado, es suficiente…si al final, lo que me interesa es que quede reflejado en mis estadísticas)…se ha convertido en una carrera. ¿Hacer 5 kilómetros para encontrar un solo caché?. ¿Es que no se han dado cuenta que se puede hacer un gusano de 25 cachés?.
Así, ¿Cómo se puede pedir que un log sea algo más que un “TFTC”?. Alguien que llega a casa con 200 cachés para loguear no tiene tiempo material para escribir 2 líneas en cada uno; ¡es difícil incluso acordarse de todos!.
Algo cambió en mi cabeza el día que fui a buscar un caché, y después de firmarlo, cuando ya me estaba yendo a por el siguiente, empecé a leer la descripción…¡y me dí cuenta de que el lugar merecía mucho la pena! . Había encontrado el caché sin tan siquiera fijarme en el entorno, y en lo que éste tenía de interesante. Así que volví simplemente a ver lo que el caché quería mostrar, que desde luego, no era el contenedor de un carrete. Quizá éste fue el primer aviso de que algo no estaba haciendo bien.
Pero ha sido al ver el primer vídeo del GIFF de éste año cuando lo he visto claro: en éste vídeo, una pareja de amigos van a buscar un caché que nadie ha ido a buscar en 7 años. Cuando ves el vídeo, francamente, no entiendes cómo nadie ha ido a por él. Al final, el caché no está, y es cuando viene la frase que me hace replantearme todo: “Vinimos a buscar un caché, y lo único que nos llevamos es ésta miserable vista”…mientras la cámara muestra una imagen que quita el aliento.
Yo tengo clarísimo que éstos dos han encontrado el tesoro, aunque no hayan firmado el libro. El verdadero tesoro es el viaje, la diversión, el paisaje…el caché es una excusa.
Si me planteo un caché que me haya gustado, siempre son cachés alejados, con una buena caminata, y con un rato tranquilo abriendo la caja, leyendo el logbook, cambiando cosas…o cachés urbanos con mecanismos imposibles, ingeniosos, descarados…en ningún caso me viene a la cabeza un “fast-caché”
En mi día a día, ya tengo bastante stress, vencimientos, prisas, gente achuchando…no necesito más prisas el fin de semana. No necesito salir corriendo a las 7 de la mañana para apuntarme 30 caches más. En realidad, nunca lo he hecho, (llevo 700 caches en 5 años). Hasta ahora, lo hacía sin bandera, pero creo que ha llegado hora de ponerle nombre a mi actitud: “slow geocaching”.
¿En qué consiste?
* No se trata de hacer pocos cachés, sino de no hacer más de los que puedas disfrutar totalmente: tómate tu tiempo para verlo, disfrutarlo, haz un buen log, disfruta del lugar que el propietario te ha querido mostrar…
* No te obsesiones con la cifra. Es sólo una cifra. La diversión no se refleja en esa cifra.
* Mira los trackeables, tócalos, admíralos, escucha o lee su historia, mira en el mapa lo que ha viajado…no te quedes sólo con su código para loguear “uno más”.
* Haz un log acorde al caché, y no me refiero únicamente al contenedor, sino al lugar, a la experiencia, al paseo hasta llegar a él, a la búsqueda…
* Si no encuentras el caché, haz un DNF. En serio, nadie te lo va a echar en cara, ni va a decir que eres muy mal geocacher. De hecho, creo que no hay una estadística de DNF en el perfil: no tengas miedo. El DNF sirve para lo mismo que un log de “encontrado”: agradecer al propietario el rato que ha echado preparando un caché…pero además, le avisas de que es posible que algo vaya mal.
* Por la parte contraria, la de esconder, intentar poner cachés que te gustaría encontrar: en lugares que merezcan la pena, con buenos camuflajes, misterys que sean un desafío real, lugares que merezcan la pena…y sobre todo, bien mantenidos. Es preferible tener pocos y bien mantenidos, que cientos en mal estado, expoliados, rotos…
En definitiva, se trata de volver al origen, a lo que de verdad te enganchó: En serio te enganchó escribir en una página web que has encontrado 10.000 carretes enganchados con un imán en un banco con una vista anodina? . No lo creo.
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