A vueltas con la nueva APP de geocaching

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El 8 de mayo Groundspeak lanzaba la nueva APP y retiraba definitivamente el soporte a la aplicación clásica. Como en toda novedad, aparecian detractores y defensores, abriendo polémica. Este artículo quiere ser un paso adelante y expresar una opinión objetiva, con las ventajas y desventajas de este cambio, que irá evolucionando.


Ya hace algo más de tres meses desde que Groundspeak retiró el soporte a la aplicación clásica de Geocaching, dejando únicamente la nueva aplicación.

Este movimiento, como cualquier gran cambio, no ha estado exento de polémica, por lo que he decidido dar un paso adelante y expresar mi opinión, de la forma más objetiva posible.

En mi opinión, la nueva aplicación se lanzó muy “verde”. Tenía bastantes errores, y muchas de las funciones que tenía la anterior no estaban disponibles en esta. Eso hizo que muchos usuarios decidieran desinstalarla y continuar con la anterior. Poco a poco, la nueva app ha ido ganando funcionalidades, y prácticamente está equiparada con la clásica. De hecho, la mayor parte de las quejas actuales, en foros, opiniones en el market de aplicaciones, conversaciones…, van en dos sentidos:

  • “El aspecto/usabilidad no me gustan”: El problema del aspecto, no es exclusivo de esta app. En el caso de Android (y entiendo que Apple estará en una situación similar), las apps tienen que seguir una serie de pautas de diseño que marca Google. Es por ello por lo que muchas apps tienen un aspecto similar (botón para desplegar menú en la parte superior izquierda, botón redondo para generar contenido en la inferior derecha…). En este caso, Groundspeak se ha ceñido a lo que dicta el propietario del sistema operativo. En cuanto a la usabilidad, todos los cambios son complicados al principio. Cuando estás acostumbrado a tocar en un lugar determinado para hacer algo, cualquier cambio hace que el proceso deje de ser intuitivo hasta que se aprende. En mi caso, al cambiar a la nueva app, también me pasó que me parecía bastante más compleja, pero al cabo de un tiempo, al volver a la clásica, fue esta última la que me pareció complicada, y lo cierto es que el aspecto visual me parecía muy antiguo.
  • “Es que ahora, para usar la app, hay que pagar”: Esta es la madre del cordero. Es el punto básico por el que a mucha gente no le gusta la nueva app. Y lo cierto es que es el aspecto realmente polémico. Hay un gran número de usuarios que en su día pagaron unos 10 euros por la app, y de repente, se han quedado sin las funciones que pagaron. No obstante, creo que el tema merece un análisis algo menos simplista, que voy a intentar hacer a continuación.

Para mí, el error de base fue que en su día, al sacar la app clásica, Groundspeak no supo calcular correctamente el impacto que iba a tener. En aquel momento, el smartphone aún no estaba tan introducido, su autonomía dejaba bastante que desear, y las tarifas de datos eran habitualmente escasas y prohibitivas. Es por ello que creo que la app se concibió como un apoyo a otro aparato dedicado más que para ser usada como medio principal de búsqueda.

La verdad es que por un tercio del coste de una suscripción premium anual, recibías la principal razón para hacerte premium: Tener acceso a un listado completo y filtrado de cachés. No nos vamos a engañar: la app era una auténtica bicoca. Yo mismo recomendé a varios amigos la app por encima de la suscripción premium, ya que lo que perdían era la posibilidad de utilizar favoritos (poco utilizada), posibilidad de generar una PQ para cargar en un GPS (mucha gente no tiene otro dispositivo para hacer geocaching), y pocas cosas más. Como he comentado antes, lo “gordo” estaba resuelto al pagar la app.

No hay que perder de vista que Groundspeak es una empresa con empleados y gastos, y hay que cubrirlos de alguna manera. Puede parecer que cobran por acceder a los cachés que los usuarios han puesto de forma altruista, pero en mi opinión, no es cierto: el acceso a los cachés sigue siendo libre y gratuito; lo que hay que pagar a día de hoy, es por tenerlos de forma cómoda sobre la marcha (nada impide acceder a la página web desde cualquier sitio y hacer una búsqueda, pero la verdad es que es muy incómodo, y el consumo de datos es mucho más alto). Por otra parte, las limitaciones no son a todos los cachés, ya que se puede acceder desde la app a todos los caches tradicionales con D/T hasta 1.5. Es obvio que está limitada si no eres premium, pero de ahí a ser injugable, hay un trecho. Me explico:

Echando un vistazo a los datos que proporciona la página project-gc, en España hay actualmente 67.309 cachés. De ellos, 55.993 son tradicionales. Esto es algo más del 83%. Dentro de los tradicionales, los que se pueden buscar con la app sin ser premium son 20.160, aproximadamente un 36% de los tradicionales, y alrededor de un 30% del total.

He de reconocer que en principio, esperaba que el porcentaje de cachés por debajo de 1.5 fuera superior, y creo que la causa es que hay aproximadamente un 21% de cachés tradicionales con T2. Desde mi punto de vista, ese porcentaje es en gran parte debido a los cachés en senderos, gusanos y similares.

Así las cosas, actualmente un usuario no premium, desde la aplicación puede acceder a aproximadamente un tercio de la totalidad de cachés. Parece poco, pero creo que este dato aún se puede puntualizar un poco más.

Opino que el colectivo geocacher se puede dividir en dos grandes grupos:

  • Geocacher urbano: Este tipo de geocacher tiende a centrar sus búsquedas en el asfalto. Es un geocacher más ocasional, y sus búsquedas no suelen estar tan planificadas. Es habitual que una búsqueda surja de la forma: “¿Habrá algún caché por aquí?”. Por sus características, utiliza habitualmente un smartphone con app, ya que es mucho más discreto a la hora de buscar, y al no ser búsquedas intensivas, el problema de la autonomía queda bastante atenuado. Además, la cobertura de datos en zonas urbanas suele ser bastante mejor.
  • Geocacher rural: Es un geocacher que suele hacer sus búsquedas en salidas al campo. Habitualmente, lleva un GPS dedicado, ya que un teléfono móvil tiene una serie de problemas en este entorno (autonomía, precisión o fragilidad son quizá los más importantes). Dada la naturaleza de este tipo de salidas, la ruta suele estar planificada de antemano, y por lo tanto, los cachés a buscar también suelen estar definidos de antemano.

El geocacher rural, como ya hay quien ha apuntado en foros, suele tener una lista de cachés en el GPS, obtenida de múltiples maneras (todos conocemos al “cuñao” de un amigo que tiene suscripción premium, y que nos la puede pasar para estas ocasiones). Además, este tipo de geocacher es más habitual que tenga una suscripción premium. No creo que para este geocacher sea un problema grave la limitación de la app.

Es en el caso del geocacher urbano en el que puede parecer que el recorte ha sido considerable. Así que he hecho un pequeño experimento. Dentro de unos días (posiblemente a la publicación de este artículo ya esté de vuelta), voy a visitar Pamplona, así que he decidido simular qué cachés podría ver siendo premium, y qué cachés siendo básico. Una imagen (en este caso dos), vale más que mil palabras:

Este es el aspecto del mapa al que tiene acceso un usuario Premium:

visualización premium

Y este es el aspecto del mapa de un usuario básico:

visualización basico

Visualmente, me da la sensación de que no hay tanta diferencia entre uno y otro. Obviamente, pierdes los misterys, multis, Earthcaches…todo lo que no es tradicional; pero si he de ser sincero, cuando hago turismo suelo centrarme en cachés tradicionales. El caché es la excusa para ver un lugar, no el fin en sí mismo. Si paso cerca de alguno, lo busco, si hay alguno muy bueno, voy a por el ex-profeso…pero no creo que al final del día tenga más de 3 o 4 caritas sonrientes.

Además, parece que hay muchos más cachés que el 30% del total que indica la cifra que hemos visto al principio. ¿Por qué? Creo que se debe a que, en el caso de las zonas urbanas, la gran mayoría de los cachés están por debajo de D/T 1.5. Por lo tanto, entiendo que, en el caso de un usuario ocasional, el quebranto tampoco es tan grande como en un principio pudiera parecer.

“Sí, todo eso está muy bien, pero yo pagué 10 euros por la app”. No es la primera, ni será la última vez que una app, al sacar una nueva versión obliga a hacer un nuevo pago, o pasa a ser de suscripción. Habitualmente, además consideran que estás “pagado” por el uso y disfrute que has dado a la app hasta ese momento. No obstante, Groundspeak sacó una promoción para la gente que había pagado por la app, en la que reembolsaban algo más del coste de la misma al hacer una suscripción premium. Si realmente das uso al juego, era una buena solución.

Una de las frases que más he escuchado hablando del tema “hacerse premium o no”, es “Para lo que yo busco, no me compensa hacerme premium”. Si realmente buscas poco, con la suscripción básica tienes cachés en la app para aburrirte. Creo que hay poca gente en España que haya encontrado 20.000 caches (concretamente 14 de los más de 32.000 geocachers activos que hay). Y los que han encontrado esa cifra, no creo que puedan decir la frase anterior sin que se les escape una carcajada.

Si realmente juegas, estamos hablando de 30 euros al año. Son 8 céntimos al día. Si solo buscas los fines de semana, menos de 60 céntimos cada fin de semana del año. Si compras dos libros, has gastado más de eso. Un buen juego de mesa cuesta más que eso. Un fin de semana fuera de tu ciudad te cuesta más que eso…sólamente el combustible. Una hora de Escape Room cuesta entre 10 y 15 euros por persona, mínimo. Ir al cine dos personas supone 20 euros (dos o tres horas)…  Creo que cualquier afición que busques, requiere una inversión superior.

A partir de aquí, que cada uno haga lo que quiera, y saque sus conclusiones. Si decides no volver a hacer geocaching por ésto… ¡Tú te lo pierdes!. 

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